November 5, 2014
Me lo pregunto muchas veces. Mientras la guerra civil desangra desde hace cuatro años a Siria, el Estado Islámico avanza atrozmente en Irak y, en Egipto, la democracia nominal que succedió a la primavera árabe torna los derechos humanos en un concepto vacío y futil.
¿Tiene sentido, en este contexto, escribir sobre el niño de 12 años que desde Gaza deslumbra al mundo con sus pinturas? ¿O sobre la fotógrafa egipcia que viaja a través del Sinai para develar la esencia de los beduinos? ¿Tiene sentido contar la historia del joven libanés que, con 22 años, ya fundó seis empresas y su propia ONG? ¿Qué pasó con el rol crítico del periodismo?
Me enseñaron que el periodismo tiene la funcion primaria de dar una voz a quienes no la tienen, de contrarrestar el poder que ejercen los poderosos al crear un régimen de verdad, como lo llamaba Foucault. Porque detrás de esa verdad, hay un interés. Y pensar en un Medio Oriente barbárico, inmoral, e inhumano es funcional a los intereses de la guerra.
Nos quieren hacer creer que el Medio Oriente es un lugar peligroso. Nos quieren hacer pensar que la vida aquí no vale nada. Alguien se preguntó que hace el resto de los 400 millones de árabes mientras unos 20 mil se unen a la barbaridad del extremismo y la violencia?
“Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”, decía George Orwell. Por eso es que creo que las buenas noticias en Medio Oriente son necesarias. Porque si no transformamos los números en personas, los nombres en rostros, y los adjetivos en historias de vida, corremos el riesgo de continuar siendo espectadores de un mundo teatralizado y servido en bandeja.
Escribir buenas noticias es también sumergirse en el fondo del tejido social; es difundir modelos de vida locales con los cuales los jóvenes árabes puedan identificarse; es un paso para respetar la diversidad y no perpetuar el discurso denigrante y colonizador que ostenta “la carga del hombre blanco” de ayudar a aquellos considerados inferiores.
Creo que el Mundo Árabe es un lugar desde donde nacen buenas noticias. Pero necesita de alguien que las cuente.
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